Queridos amigos,
tuvo que pasar un mes desde que dejé Tarifa para ser capaz de escribir estas lineas; no fue por pereza, ni porque sea vaga y, ni mucho menos, porque no tenga nada que aportar con mi experiencia en CIRCE; más bien se trata de todo lo contrario y, mi deseo de no caer en una sensiblería extrema, ni en grandes sentimentalismos me ha llevado a posponer esta tarea hasta el día de hoy.
A menos de 48 horas de haber comenzado mi estancia en Tarifa ya había vivido el momento más “mágico” de mis días allí y, probablemente, los instantes más emocionantes de toda mi vida. Sería capaz de reproducir fielmente esa imagen que quedó gravada en mis retinas una y otra vez sin habituarme a ella, pareciéndome más maravillosa a cada momento.
Es complicado describir las sensaciones de cuando un sueño está tan próximo a una realidad, así que dejaré todas ellas reservada para mi “Cuaderno de Bitácora” personal; pero querría mencionar aquí que, semejante espectáculo de la naturaleza puede aún ser más especial cuando lo compartes con un grupo de gente que, al igual que tú, contempla entusiasmada y con ilusión ese regalo que se nos otorga por simples amantes de la mar.
Si alguien sospecha que más de ocho horas observando el Estrecho se puede hacer pesado y monótono, creencia más que justificable, me gustaría hacerle conocedor de que estas aparentemente largas jornadas quedan compensadas con creces cuando una de esas maravillosas criaturas nos “saluda con un soplo de vida”.
Además, si esta situación no se presentase, nuestra posición estratégica en el marco incomparable de un Parque Natural, separado tan solo catorce kilómetros de África, nos convierte en afortunados visitantes y, por ejemplo, permite disfrutar con el paso de diferentes aves – como la hipnotizante representación que nos ofrecieron , en más de una ocasión, una bandada de cigüeñas.
Para aquellos que me conocieron, quizá esta aportación al blog les parezca que no es muy acorde con mi personalidad - una gallega típica con todas sus características;) pero esas palabras son las que hoy dictan mis recuerdos.
Espero veros pronto...¡prismáticos en mano!
À bientôt!!