Queridos Rorcuales:
Ya terminó mi breve estancia en Tarifa acompañando a CIRCE. Aunque el viento no ha sido nuestro gran aliado, creo que al final el resultado ha sido muy bueno.
Después de haber pasado alguna que otra hora buscando alguna señal, el último día casi a final de la jornada, por fin alguien gritó: ¡soplo! ¡Qué momento! Por fin decidisteis mostraros. Tras una semana observándonos tímidamente, decidisteis despedirme de la mejor manera: cruzando el Estrecho. Nosotros, con ayuda de los prismáticos, os hemos acompañado cada momento, cada soplo.
Debo deciros que sois muy afortunados, porque hay mucha gente que cuida de vosotros, gente que llega de lugares muy distintos, muy diferentes. El destino quizás ha querido que sea en el estrecho, donde se mezclan aire, agua, culturas...
Espero que mi aventura en CIRCE no haya terminado, ya que quiero volver en otra ocasión.
No tengo nada más que deciros, espero que os vaya bien en vuestro largo viaje, y cuando paséis por el Estrecho, recordad que habrá alguien en la montaña buscando alguna señal de vuestro paso, así que no olvidéis respirar bien fuerte.
Os quiero, Esmeralda.
PD: Nunca olvidaré esta magnífica semana en Tarifa.
Ya terminó mi breve estancia en Tarifa acompañando a CIRCE. Aunque el viento no ha sido nuestro gran aliado, creo que al final el resultado ha sido muy bueno.
Después de haber pasado alguna que otra hora buscando alguna señal, el último día casi a final de la jornada, por fin alguien gritó: ¡soplo! ¡Qué momento! Por fin decidisteis mostraros. Tras una semana observándonos tímidamente, decidisteis despedirme de la mejor manera: cruzando el Estrecho. Nosotros, con ayuda de los prismáticos, os hemos acompañado cada momento, cada soplo.
Debo deciros que sois muy afortunados, porque hay mucha gente que cuida de vosotros, gente que llega de lugares muy distintos, muy diferentes. El destino quizás ha querido que sea en el estrecho, donde se mezclan aire, agua, culturas...
Espero que mi aventura en CIRCE no haya terminado, ya que quiero volver en otra ocasión.
No tengo nada más que deciros, espero que os vaya bien en vuestro largo viaje, y cuando paséis por el Estrecho, recordad que habrá alguien en la montaña buscando alguna señal de vuestro paso, así que no olvidéis respirar bien fuerte.
Os quiero, Esmeralda.
PD: Nunca olvidaré esta magnífica semana en Tarifa.